Ricardo Usaola, director de Soluciones, CA Technologies, ofrece las pautas para lanzarse a la nube sin grandes complicaciones

Ricardo Usaola, director de Soluciones, CA Technologies
Ricardo Usaola, director de Soluciones, CA Technologies

En los últimos meses, medios de comunicación, tecnólogos, analistas, CIOs y directores generales han estado hablando sobre la tecnología cloud.

Ahora, la mayoría de las organizaciones están adoptando alguna forma de cloud computing pero, como siempre, la tecnología es la parte más fácil. Para aquellos que se dispongan a definir su dirección y estrategia, les ofrezco unas pautas sencillas que les ayudarán a lo largo del camino.

1) Antes de iniciar su estrategia cloud (y cualquier otro proyecto cloud) diseñe un plan alternativo

Aunque le pueda parecer contradictorio, en cloud computing el riesgo de dependencia del proveedor es mayor que en el software tradicional implementado internamente. Y las desventajas de los monopolios de proveedores son bien conocidas: alto coste, baja capacidad de respuesta e inflexibilidad en las prácticas de negocio, lo cual conduce a estar ligado al proveedor y a costes de cambio prohibitivos.

Otra razón importante para evitar depender de un proveedor para prestar servicios cloud computing es que a diferencia de cuando la empresa adquiere y utiliza un software para ofrecer servicios a los clientes, se pasa a depender directamente de proveedores externos para prestar esos servicios. El impacto de una interrupción o terminación del contrato es, por tanto, mucho más crítica para el negocio, por lo que es imprescindible contar con un plan B.

Lo ideal es diseñar los servicios cloud y los contratos de tal manera que sea posible pasar a la alternativa (Plan B) en un plazo razonable. Las implementaciones basadas en estándares y las capacidades de automatización de herramientas de gestión de proveedores neutrales pueden ayudar a activar esas estrategias de salida de forma efectiva.

2) Diseñe las TI como una cadena de suministro

Esta analogía ayudará a cambiar tanto la forma en la que piensa y actúa el departamento TI como la manera en que otros departamentos perciben las TI. Pensar en las TI como si de una cadena de suministro se tratara permite comprar y construir, y tomar todas las decisiones en el contexto de lo que la empresa necesita para prestar servicios a sus clientes. Un buen principio a seguir es: “Hacer solo lo que añade valor para los clientes, eliminar las actividades, procesos y pasos que no añadan valor, no se requieran legalmente o no sean una competencia troncal de las TI”.

Este enfoque de cadena de suministro significa equilibrar dinámicamente los recursos (tanto internos como externos) en función de los objetivos, que cambian rápidamente, así como de las limitaciones, para obtener un resultado final óptimo en el que se activen y desactiven servicios TI según convenga.

3) Utilice un enfoque de cartera para decidir QUÉ pasar a la nube

Una buena estrategia de cloud computing tiene mucho que ver con el QUÉ hacer y CÓMO hacerlo. Si se considera todo el portfolio resulta más fácil identificar qué servicios podrían trasladarse a la nube y ofrecer ahorros de costes y mayor agilidad para el negocio, frente a otros servicios de negocio más críticos que, en ese momento, son menos interesantes de pasar a la nube.

Un enfoque integral debe empezar por los objetivos estratégicos de la organización, que pueden ser tan variados como centrarse en el cliente, en el lanzamiento de productos o en la reducción de costes.

Hecho esto, deberán identificarse las limitaciones del negocio o del mercado, que pueden ser de legislación, de recursos, geográficas, financieras, etc. El último paso consiste en cuadrar los objetivos y las limitaciones de los actuales servicios de TI.

A partir de este ejercicio, se puede elaborar una hoja de ruta de lo que se necesita hacer, cómo asignar los recursos humanos, financieros y técnicos para presentar los servicios más críticos y monitorizar el progreso respecto al plan. Esta planificación del portafolio deberá ser un ejercicio continuo que evolucionará al ritmo del negocio y a medida que las TI ganen experiencia en consumir e implantar servicios cloud.

4) Haga del coste del servicio una competencia básica

Para que el cloud computing logre uno de los objetivos que promete es necesario eliminar costes innecesarios, no se trata sólo de pasar gastos de capital a gastos operativos.

Independientemente de si un servicio se presta por completo desde el centro de datos interno, o si algunos de sus elementos están externalizados, o se adquiere completamente como un servicio, es fundamental conocer las características exactas de los costes y el impacto en el coste total de la operativa del negocio.

La reducción de costes no es la única razón o beneficio a calcular cuando se adopta el cloud computing, el poder rendir cuentas y el aseguramiento de la calidad del servicio son otras de las áreas en las que el cloud computing realmente tendrá un impacto positivo. Así, mientras que una mayor transparencia del coste de los servicios de TI proporcionará más información sobre qué áreas podrían servirse mejor de otro modo, deberá equilibrarse esto con la potencial necesidad de aumentar la inversión en el corto plazo para una mayor agilidad en los negocios.

5) Trate la seguridad como un servicio

El modelo de cloud computing exige un replanteamiento de la seguridad y la necesidad de convertirla en un elemento facilitador en lugar de un inhibidor. El reto no radica en denegar el acceso a todo el mundo, sino en dar a las personas adecuadas acceso a los datos que necesitan – y sólo a esos – y controlar activamente el uso de los datos para evitar cualquier actividad fuera de lo corriente.

La adopción de servicios cloud dependerá de la cultura y del estado actual de su organización y seguramente no pasará a la nube de la noche a la mañana, sin embargo, ¡asegúrese de que no se queda atrás!.

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